El parto humanizado o parto respetado es la atención del parto en el sistema de salud, de acuerdo con las necesidades y deseos de cada familia.
En el año 2004 se promulgó la Ley 25.929 que rige en el ámbito público y en el privado y garantiza el trato digno y respetuoso hacia las personas gestantes, sus hijos y parejas en el embarazo, el parto y el puerperio.
Entre otros, la ley establece los siguiente derechos:
- A ser informada sobre las distintas intervenciones médicas, la evolución de tu parto, el estado de tu hijo o hija y participar de las decisiones al respecto.
- A ser tratada con respeto e intimidad, considerando tus pautas culturales.
- Al parto respetuoso de los tiempos biológico y psicológico, evitando prácticas invasivas y suministro de medicación que no estén justificados.
- A elegir quién te acompañe durante el trabajo de parto, parto y postparto.
- A tener a tu lado a tu hijo o hija siempre que no requiera de cuidados especiales.
- A recibir asesoramiento e información sobre tus cuidados y del niño o niña y los beneficios de la lactancia.
Cuando alguno de estos derechos no se cumplen, el personal de salud ejerce un tipo de violencia, reconocido por la Ley 26.485, que se denomina violencia obstétrica.
Tu médica o médico debería:
- Identificarse por su nombre y llamarte por tu nombre
- Informarte de manera clara evitando términos médicos
- Respetar tus necesidades y preferencias
- Ofrecer apoyo a tus necesidades emocionales a través de la escucha activa
- Animarte a expresar tus necesidades e informarte sobre tu proceso de parto
- Informarte sobre las vías para presentar quejas
- Interactuar con tu acompañante para comunicarle cómo puede ofrecerte apoyo durante el parto y el nacimiento